06/05/2010 -
Causa Caballero - Juicio oral – día 2
El ex fiscal Carlos Flores Leyes, un muerto sin certificado de defunción
El dato surgió ayer, cuando finalizaba la lectura del requerimiento fiscal. El juicio continuará hoy, a las 8.30, en la Facultad de Ingeniería. Un imputado con un ataque de tos; otro con diabetes y un tercero con ganas de ir al baño, motivos de sendos cuartos intermedios.
Como el primer día, la jornada de ayer del juicio oral y público por la Causa Caballero transcurrió con absoluta calma y normalidad, hasta finalizar la lectura completa del requerimiento fiscal contra los 12 represores imputados (dos ex militares y 10 ex policías) por crímenes de lesa humanidad ocurridos en Chaco, entre 1975 y 1979.
En poco menos de tres horas, incluyendo dos cuartos intermedios, por Secretaría del Tribunal Oral Federal (TOF) se completó la lectura, que continuará hoy, a las 8.30, nuevamente en la Facultad de Ingeniería de la UNNE, pero en este caso con los requerimientos de la querella.
Del contenido del requerimiento, se desprende que los testimonios que se escucharán durante el primer juicio oral y público por crímenes de lesa humanidad de Chaco serán realmente crudos, con torturas, vejaciones de las más variadas, violaciones, en definitiva, historias del horror contadas por sobrevivientes que pasaron los peores días de sus vidas durante los tormentos sufridos en la Brigada de Investigaciones (tanto cuando funcionó por Marcelo T. de Alvear como por calle Juan B. Justo) y en la alcaidía de Resistencia.
PERMISO PARA IR AL BAÑO
Cuando pasaron dos horas de la audiencia, que comenzó 8.50, el defensor oficial, Juan Manuel Costilla, pidió un cuarto intermedio al Tribunal (integrado por Víctor Alonso, Lucrecia Rojas Manuel Moreira), porque su defendido, Ramón Esteban Meza necesitaba ir al baño.
El café del cuarto intermedio y un mejorado y ágil acceso –salvo por el chaceo- mejoraron el humor de todos. De regreso a la sala de audiencias, Meza se durmió en parte de la lectura como algún periodista.
En tanto, el ex militar Luis Alberto Patetta, tomaba nota esporádicamente, en un cuaderno de espiral que luego guardaba en el chaleco antibalas que lo protege, y de vez en vez, se frotaba el nudillo de la mano izquierda y resoplaba.
El resto de los represores: Gabino Manader, José Francisco Rodríguez Valiente, Humberto Lucio Caballero, José Marín (alias “Cabo Sotelo”), Enzo Breard, Francisco Orlando Álvarez, Rubén Héctor Roldán, Oscar Alberto Galarza, Ramón Andrés Gandola y el ex militar José Tadeo Luis Bettolli, repitieron la misma actitud del primer día del juicio, ergo ni se inmutó.
TOS Y DIABETES
Poco tiempo antes de terminar el segundo día del juicio oral y público, Álvarez comenzó con un ataque de tos. De inmediato, su abogado, Ricardo Osuna, pidió permiso al Tribunal para que su defendido pudiera permanecer el resto de la audiencia en una sala contigua a la principal.
Trascartón, José Oscar Gómez, abogado de Galarza (el mismo que HI.J.O.S. lo descubrió caminando por la vereda cuando debía estar preso), pidió que se le permita a su defendido hacerse una medición del nivel de azúcar porque es diabético.
En principio, Alonso, el presidente del TOF, accedió a ambos pedidos mientras continuaba con la lectura de la requisitoria fiscal. Justo en ese momento, el abogado querellante Mario Bosch intervino y pidió no continuar con la lectura hasta el regreso de ambos imputados para asegurar así el derecho de defensa.
Alonso, entonces, determinó que todos permanezcan en la sala hasta que Álvarez se recupere del ataque de tos y Galarza se mida el nivel de azúcar en sangre. Con ambos en la sala, todo prosiguió normalmente.
¿Y EL CERTIFICADO DE DEFUNCIÓN?
Cuando restaban no más de cinco minutos para el epílogo, surge una pregunta de Alonso a uno de los secretarios que procedía a la lectura: ¿Dónde está el certificado de defunción de Carlos Flores Leyes? El ex secretario del Juzgado Federal de Resistencia y ex fiscal Federal en primera instancia falleció a finales del mes pasado.
El funcionario judicial, acusado de ser la pata judicial de la represión orquestada durante la última dictadura cívico-militar, debía ser uno de los enjuiciados en el marco de la Causa Caballero. Para llegar a este punto, uno de los testimonios clave fue el de José Luis Valenzuela, subsecretario de Derechos Humanos de Chaco.
En rigor, en Secretaría sólo consta un fax enviado y fechado en Córdoba, anunciando la muerte del ex fiscal sin que se tenga el certificado de defunción en el expediente de la causa.
Por las dudas, el fiscal Germán Weins Pinto, preguntó por los certificados de defunción del ex Brigada de Investigaciones José María Cardozo y del ex SIDE Horacio Alberto Valussi. Ambos obraban en el expediente.
AL GRITO DE…
Sabiendo que hoy continuará la audiencia con la lectura del requerimiento de la querella, el TOF levantó la audiencia casi al mediodía. Consultado por la prensa, Alonso prefirió no hacer declaraciones hasta que comiencen los debates que, en principio, sería el 12, y muy probablemente en la sede del Tribunal sobre calle Yrigoyen.
Como será de ahora en más, primero se retiraron los tres jueces del Tribunal –más el magistrado suplente y los secretarios-, luego la Fiscalía y el público en general. Por último, salieron los represores fuertemente custodiados por el Servicio Penitenciario Federal (que concurre a la sala con armas que, visiblemente, no están cargadas), la Gendarmería (custodia dentro de Ingeniería) y la Policía Federal, a cargo de la seguridad en el perímetro de la Facultad.
Afuera, el público aguardaba con la música de Lila Ibarra y de otros artistas de Cultura por Justicia. También se escuchó una versión tana de la marcha peronista, en clave de tarantela. Ésta vez, los represores volvieron a sus celdas al grito de: “Asesinos, asesinos…”.
Por Marcos Salomón